En un cálido atardecer, Jessica se sienta en un sillón de su terraza, observando cómo el sol pinta el cielo de naranja y púrpura. Su cabello brilla a la luz suave, mientras ríe con sus amigos que comparten anécdotas divertidas. Con una sonrisa cómplice, dice: “¿Por qué llorar cuando podemos hacer reír?” y lanza una almohada en broma.